Las guardas de un libro: definición y distintos usos

Las guardas de un libro se encuentran situadas en su parte interior. Son hojas hechas de papel que se colocan dobladas para unir el libro y la tapa. El encuadernador suele utilizar generalmente un papel distinto al de la tapa y al del cuerpo en la impresión del libro, además de emplear un color y un gramaje diferentes.

Cuando un lector tiene un libro en sus manos, hay muchas partes del mismo que se pasan por alto. A veces esto ocurre porque se tienen ganas de llegar al contenido y otras veces porque, hoy en día, las personas no acostumbran a pararse a observar los elementos más estructurales.

No obstante, hay todo un universo en los lomos, los cantos, las tapas, los capiteles, las portadillas y las guardas de los libros. Son, en definitiva, superficies atractivas que forman parte de esa atmósfera previa de suspense que existe justo cuando se abre el libro, pero antes de empezar con la lectura. Las guardas de los libros son mucho más que una simple decoración.

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Qué son las guardas de un libro

Las guardas de los libros son un de las múltiples partes de un libro y consisten en una hoja de papel que está doblada por la mitad y que va pegada por un lado al cuerpo del libro y por otro a la tapa. Las hojas de las guardas siempre están al inicio y al final de los volúmenes. Son un marco interno que abre un mundo de posibilidades a los editores, a los encuadernadores, a los diseñadores y a los ilustradores para jugar, experimentar y darle un sentido nuevo a un objeto que ahora tiene similar función práctica y estética.

Distintos usos de las guardas de un libro

Las guardas tienen diferentes funciones en el libro, pero la más primordial es la de unir la parte interna y la externa del volumen, al menos en su creación industrial. Antiguamente, solían unirse con soportes de costura como las cintas o las cuerdas.

Proteger

Una de las principales funciones de las guardas de los libros, además de ser una unión, es la de proteger. La protección puede tener diferentes niveles, por eso las hay de una única pieza, de dos piezas de diferente o del mismo material, o de tres piezas. Igualmente, dicho material puede ser tela, papel, cuero o pergamino. Una curiosidad es que su nombre en español, el de guarda, es debido precisamente a esta función protectora.

Ornamentar

La ornamentación es uno de los elementos que más juego ha dado a los diseñadores. Es muy frecuente que en las guardas de los libros haya una ornamentación relacionada directa o indirectamente con el contenido, y que le da un acabado estético y decorativo único. Por eso, en no pocas veces, las guardas son parte de la magia de tener un libro en las manos.

Ilustrar

En lugar de ornamentar, otra posibilidad que deja abierta la guarda de un libro es la de ilustrar. La ilustración sigue cumpliendo una función decorativa en el libro, pero de distinto modo a la ornamentación, ya que deja al artista mayor libertad de creación y de relación con el contenido.

Narrar

Las guardas son los umbrales que limitan la parte de fuera y la de dentro, además de la zona de unión de cuadernillos y tapas. El tipo de papel que se usa suele ser más grueso que el del interior (alrededor de 150 gr.), ya que tiene que ejercer la función de pilar de unión. También, como se ha podido ver, tiene función estética y protectora por lo que habitualmente se intenta que sea el mismo tipo de papel que el interior o uno muy distinto con algún tono especial a juego con el diseño de la portada.

En conclusión, las guardas son esas páginas del principio y del final de la obra que también reciben el nombre de páginas de respeto o de páginas de cortesía. Separan el texto de la portada y unen sus partes, pero también cuentan con una función decorativa innegable.

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